Es posible que yo peque de empática, lo reconozco, y quizá por eso no sea capaz de entender cómo hay gente por el mundo que parece que ni siente ni padece con los males de los demás, o lo que es peor, que se empeña con su actitud en hacerte creer que tus reacciones, o emociones son desproporcionados e incluso equivocadas.
Supongo que con eso de que cada uno de nosotros somos un mundo, es lícito pensar que cada uno lleva el duelo y el dolor como sabe o cree que debe hacerlo, por ese motivo nunca entenderé a todos aquellos que todavía no han aprendido que no es para nada positivo quitarle hierro a algo que afecta a otra persona, y mucho menos hacerlo sin criterio.
Tengo perfectamente claro, que hay situaciones en el mundo mucho peores que las de la mayoría de nosotros: gente enferma, gente que muere joven, situaciones de pobreza extrema, es decir, lo que se suele denominar como «problemas de verdad» pero… ¿Eso hace que mis problemas o sufrimiento sean menos? ¿Eso hace que no pueda sentirme como me siento?
Cuando en vez de dejar que alguien que lo está pasando mal se desahogue nos dedicamos a quitarle importancia al tema, hacemos que esas personas sufran más, porque no solo han de sobrellevar lo que están sufriendo, sino que además han de lidiar con lo que los comentarios de los demás les hacen sentir. A mí al menos me ha pasado, he llegado a sentirme terriblemente absurda, por no decir algo más fuerte, al escuchar los juicios de valor de personas allegadas sobre cómo estaba reaccionando a determinada situación ¿os ha pasado?
Yo siempre he dicho que no necesito que nadie me salve de nada; cuando comparto mis preocupaciones o emociones no busco cargar a la otra persona para liberarme, no busco que me den la fórmula mágica para superar mi dolor o similar, solo necesito saber que no estoy sola, que alguien me tiene cogida de la mano aun en la distancia.
Necesitamos mucha más empatía en el mundo y mucho menos juicio, gente que escuche, gente que esté.
